Querido freelancer: como tú solo hay uno

Querido freelancer: como tú solo hay uno

por Sandra Zuluaga

 



Cuando hablamos de freelancers, profesionistas independientes y solopreneurs, los conceptos de branding personal y reputación son sinónimos. Por lo tanto, el prestigio de tu marca personal necesita algo más que una buena imagen y presencia en redes, necesita de constancia, integridad y vocación de servicio.

 

Carlos “Master” Muñoz. Para quien no lo conozca, el “master” es el alter ego de Carlos Muñoz, un emprendedor mexicano que creó una versión exagerada de sí mismo con el propósito de hacerse famoso en redes sociales: lentes oscuros, barba espesa, sacos chillantes y opiniones controversiales le empezaron a traer vistas y audiencia, hasta que en 2021 tuvo ese infame debate en vivo con otro influencer, Diego Ruzzarín, quien lo hizo quedar en ridículo ante miles de personas. Esa fue la primera ficha de un efecto dominó que destruyó su reputación como “gurú de los negocios”, por lo que Carlos no tuvo más remedio que anunciar que se retiraba de las redes sociales por un tiempo indefinido. 



No olvides leer mi artículo anterior: Mayor-productividad-menor-desgaste-como-ser-un-freelancer-estrategico.html



Los errores del señor Muñoz son muchos y dan para varios artículos, pero en este caso lo traigo a cuento para hacer una reflexión: construir una reputación no es lo mismo que construir una imagen. Carlos se vendía como un exitoso empresario con mente de tiburón; la realidad era otra: se trataba de un instructor dedicado a vender cursos; su publicidad se centraba en apantallar a otras personas a través del personaje que construyó. 

 

El auge de los influencers en las redes sociales ha puesto el término “branding personal” en boca de todos, creando muchos malentendidos. Branding no es solamente publicidad, implica la construcción de una reputación, misma que se respalda con hechos, con una serie de buenas prácticas que debe mantenerse consistente. 

 

Más allá de los consejos clásicos de branding personal

 

Si navegamos el internet en busca de tips de branding personal para freelancers, profesionistas independientes o solopreneurs, nos encontraremos con lo siguiente:

 

  1. Crea un logotipo.
  2. Crea una página web y publica un portafolio.
  3. Mantén una presencia fuerte y consistente en redes sociales e interactúa con tus seguidores. 
  4. Publica contenido de manera regular que te posicione como un experto en tu oficio. 

 

Imaginemos una situación donde un freelancer ya ha cumplido con estos requisitos básicos, imaginemos a una persona que ha decidido dedicarse a esto de tiempo completo porque ya cuenta con una clientela pequeña pero constante. ¿Qué hacer ahora para ser recomendado, para cimentar una reputación de profesionalismo y confiabilidad? Simple: hay que hacer un pequeño ejercicio de introspección, entender quiénes somos, qué somos capaces de ofrecer, y así articular una marca que se nos dé de manera natural, espontánea y honesta. 

 

¿Qué piensan tus clientes de ti?

 

¿Qué quieres que piense la gente cuando escuche tu nombre? ¿Por qué tipo de trabajo quieres ser conocido? Toma una hoja de papel y descríbete usando tres adjetivos; en otras palabras, anota las tres cualidades que piensas que te describen mejor. Posteriormente, pídele a tres personas de toda tu confianza, las que mejor te conozcan, que hagan lo mismo. Finalmente, invita a tus clientes más antiguos y de mayor confianza a que hagan lo mismo. Ahora analiza las respuestas de todos: ¿hay adjetivos que coinciden? Esas son tus fortalezas. Habiendo hecho esto, es necesario encontrar un nicho de mercado que sea compatible con tu personalidad, tu estilo y lo que eres capaz de ofrecer. A partir de ahí, practica una serie de hábitos (hechos, no palabras) que incrementarán tu reputación. Veamos:

 

  1. Conoce a tu cliente a la perfección y especialízate en él: El mejor freelancer es el que resuelve un problema muy bien en lugar de varios problemas a la vez de manera mediocre. Imagina a un diseñador gráfico que hace de todo: páginas web, logotipos, diseño editorial, publicidad, etc. Como dice el dicho, el que mucho abarca poco aprieta. En lugar de ser un todólogo, un diseñador puede especializarse: solo diseño editorial, solo diseño web, etc. Esto también tiene otra gran ventaja: al especializarte en un nicho tendrás menos clientes, pero estos pagarán mejores tarifas y podrías darles una atención mucho  más personalizada. Los clientes deben saber que entiendes sus problemas y que los resuelves como si fueran los tuyos, creando un lazo de confianza y de lealtad difícil de romper.

 

  1. Prepara más de un portafolio: Cuando un freelancer está empezando, no tiene mucho portafolio que presumir. La buena noticia es que no se necesita de clientes para hacer un portafolio: un freelancer talentoso puede decidir hacer algo por su cuenta, por ejemplo, diseñar un logotipo para un cliente ficticio. Quizá el cliente no sea real, pero el logotipo sí lo es, y sirve para demostrar tu talento. Esto también es útil cuando deseas atraer otro tipo de clientes, a saber: si tu portafolio solamente consistía en logotipos de restaurantes, puedes diseñar una serie de logotipos ficticios para empresas de tecnología.

 

  1. Sigue conociendo a tu cliente: Todo cliente tiene más de una necesidad o un problema. ¿Qué más puedes hacer por él? Entre más conozcas a tu cliente, y entre más empatía tengas hacia él, más conocerás sus problemas y sabrás cómo apoyarlo. Recuerda: no estás diseñando un logotipo , estás resolviendo un problema de comunicación. Entiende qué es lo que tu cliente quiere lograr y entonces sabrás qué cosas podrás ofrecerle. A cambio, tu cliente confiará en que tu intención es ayudarlo a hacer su vida más fácil y no a venderle algo solo por vender. 

 

  1. Haz networking con otros freelancers: Entablar relaciones con colegas de profesión puede ayudarte tanto de manera personal como profesional; además de hacer contactos con los que eventualmente puedas hacer alianzas estratégicas, tendrás la oportunidad de aprender de profesionistas más experimentados. 

 

Como lo mencioné en el artículo anterior, antes que cualquier otra cosa, un freelancer se dedica al servicio al cliente, y a través del servicio al cliente que un freelancer cimenta su reputación. Con el tiempo, a medida que tu marca personal se vuelva más fuerte y memorable, se convertirá en su ventaja competitiva. Incluso si decides expandirte a nuevas áreas y comienzas a ofrecer nuevos servicios (contratando personal o asociándose con alguien más), la gente confiará en ti para brindar el mismo tipo de calidad y experiencia. Además, a largo plazo, una marca personal sólida también le permitirá cobrar tarifas premium y tener una variedad mucho más interesante de proyectos para elegir. Como profesionista independiente, freelancer o solopreneur, tu marca personal es uno de tus activos más importantes. Es la forma en la que generas confianza y credibilidad con tus clientes y prospectos; además, es la forma en la que podrás diferenciarte en un mercado abarrotado. Recuerda: como tú, solo hay uno. Ofrece lo mejor de ti y encuentra con qué tipo de personas eres compatible, y lograrás crear sinergias sostenibles.

 

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