5 reglas para enamorarse en el trabajo

5 reglas para enamorarse en el trabajo

por Sandra Zuluaga

 



Dice el dicho que “donde mores, no enamores”. Pero quizá el que inventó ese dicho no tenía en mente que en el siglo XXI el lugar más común para encontrar pareja sería la empresa donde trabajamos.


Hoy es día del Amor y la Amistad, y como tal no podemos olvidarnos de todas esas personas que se enamoraron en la oficina. A algunos podría parecerles raro encontrar el amor en el lugar de trabajo, pero pensémoslo bien: según datos citados por Indeed, en México, una persona trabaja en promedio 43 horas a la semana, por lo que pasa más tiempo conviviendo con sus compañeros que con su propia familia. Las estadísticas parecen estar de acuerdo con esta apreciación. Según esta encuesta de Total Jobs, el 22 % de las personas en el Reino Unido conocieron a su pareja en el trabajo, por encima de otras circunstancias que parecerían más comunes como asistir a bares o a través de amigos en común. ¿La explicación? Como dicen en el ámbito de las bienes raíces, todo es cuestión de ubicación: Art Markman, profesor de Psicología y Marketing de la Universidad de Texas en Austin, declaró en la revista Harvard Business Review que “pasamos una tremenda cantidad de tiempo en el trabajo y, si tienes a personas trabajando muy de cerca, teniendo conversaciones sinceras y vulnerables, hay una gran probabilidad de que se den relaciones románticas entre ellas”. 


No olvides leer mi artículo anterior: Networking-pero-a-la-distancia.html

 

Aunque es un fenómeno bastante común, todavía hay algo de estigma al respecto. Las relaciones entre compañeros de trabajo siguen viéndose con recelo o suspicacia. ¿La razón? Un asunto de lealtad. Si tuvieras que escoger entre hacer lo mejor para tu empresa o hacer lo mejor para tu pareja sentimental, ¿a cuál escogerías? Este dilema, por supuesto, se nos presenta a todos, y cómo responder a esta circunstancia depende de la madurez de cada quien.

 

Pero ¿es ilegal enamorarse en el trabajo?

 

No lo es, como tampoco lo es tener un noviazgo u otro tipo de relación afectiva con un compañero de trabajo. Primero que nada, en México el artículo 47 de la Ley Federal del Trabajo no lo contempla como una causa de despido justificado. Además, la prohibición de una relación amorosa con un jefe o colaborador va en contra del libre desarrollo de la personalidad, un concepto relativamente novedoso en cuestión de derechos humanos a nivel mundial y que en la Constitución mexicana aparece en el artículo 19. 

 

Dicho esto, varias empresas prohíben las relaciones sentimentales entre sus colaboradores, y aunque estas políticas no están por encima de la ley, lo más aconsejable para una persona que acaba de entrar en una relación es hablarlo con sus superiores. Para muchas empresas es suficiente con que la pareja sea discreta y mantenga una separación saludable entre su vida personal y laboral, pero si la relación existe entre un jefe y su subordinado directo, es importante dialogar con Recursos Humanos y establecer ciertas normas para evitar caer en conflictos de interés.

 

¿Y si ese amor no es correspondido?

 

Sabemos que toda relación laboral empieza con un poco de coqueteo o una invitación a salir; también sabemos que para algunas personas la línea entre coqueteo y acoso no es muy clara. A raíz de eso, varias compañías han modificado sus políticas para proteger a personas vulnerables, especialmente a las mujeres. Según este interesante artículo de Insider, Facebook y Google instauraron en 2017 una política donde un compañero de trabajo puede invitar a salir a otro solamente una vez. Sí la respuesta es ambigua, por ejemplo “no puedo, ya tengo planes”, ya cuenta como un no. 

 

¿Qué hacer si Cupido me ha flechado?

 

Enamorarse no es algo que, digamos, se planee, y para algunas personas el lugar de trabajo es la principal fuente de socialización. No es justo privarse de algo tan lindo como una relación. La buena noticia es que todo es posible mientras se haga con responsabilidad. La primera acción responsable es entender que una cosa es el enamoramiento y otra cosa es el amor, por lo que hay que estar seguros de que vale la pena empezar una relación en el trabajo. Esto nos lleva a la primera regla: 

 

  1. Convive con tu enamorado fuera de la oficina. Los primeros días, lo más aconsejable es la discreción, sobre todo cuando todavía es incierto si la relación funcionará, así se evitan chismes en la oficina. Seamos prácticos: no sirve de nada anunciar un noviazgo que terminará en dos semanas. Lo siguiente es salir, comprobar que la relación funciona fuera de la dinámica de trabajo, entender que hay potencial para una relación real que va más allá del enamoramiento o la atracción. La pregunta clave es: ¿me sigue gustando esta persona cuando no estamos trabajando juntos?

 

  1. No lo escondas. Si descubres que la relación tiene potencial y va para largo, parte de ser profesional es ser honesto con tu empresa. Esconder la relación solamente erosionará la confianza que tus superiores y tus compañeros tienen de ti, además de que alguien se dará cuenta tarde o temprano. Es mejor trabajar en equipo con tu empresa para garantizar que no haya malentendidos, chismes, suspicacias o momentos incómodos. Si la relación se presenta y se mantiene de manera profesional, el ambiente de trabajo se mantendrá positivo y productivo.

 

  1. Conoce las políticas de tu empresa. Hay empresas que prohíben las relaciones entre compañeros, otras lo permiten siempre y cuando se mantenga el profesionalismo, otras están de acuerdo siempre y cuando los involucrados trabajen en diferentes departamentos. Si el enamorado es una persona con más rango que tú en la organización, hay que revisar también las políticas vigentes de acoso sexual para evitar malentendidos o complicaciones innecesarias. Si tu situación sentimental va en contra de las políticas de tu empresa, hay que saberlo de antemano para prever 

 

  1. Separa tu vida personal de la laboral. Esto es algo que las empresas familiares enfrentan todos los días. Una pelea con tu pareja no puede afectar tu desempeño en el trabajo; una decisión que tomes como profesional no puede, por ética, favorecer a tu pareja antes que a la empresa para la que trabajas. Mantener la objetividad es complicado, pero es más fácil si tu pareja y tú hablan al respecto y ambos se comprometen a mantenerse objetivos e imparciales, separando a la persona del puesto.

 

  1. Discute con tu pareja qué hacer si la relación no funciona. Una ruptura sentimental, por supuesto, no implica una ruptura laboral. Tu ex pareja y tú tendrán que seguir trabajando juntos. ¿Podrás sobrellevar esa situación? ¿Tu pareja tendrá la suficiente madurez para seguir siendo profesional? Si no es así, ¿cuál es el plan B? Ser transferido a otro departamento, otra zona geográfica o incluso una renuncia son opciones que será necesario considerar.   

 

Las relaciones sentimentales reclaman mucho trabajo y madurez, no se diga cuando estas se combinan con las obligaciones laborales. Si una persona te busca para una relación eminentemente casual y crees que eso podría afectar tu relación laboral en el futuro, es mejor rechazar la oportunidad. Pero si crees que existe la posibilidad de una relación sana y fructífera, entonces el esfuerzo valdrá la pena. Como muchas cosas en la vida, de poco sirve prohibir, lo mejor es informarnos de las responsabilidades y las consecuencias, y actuar de la manera más juiciosa posible, por nuestro bien, por el de nuestro enamorado, y por el de la empresa.

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Comentarios

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