El futuro laboral se construye en la equidad, la horizontalidad y el feminismo

 El futuro laboral se construye en la equidad, la horizontalidad y el feminismo

por Sandra Zuluaga




 

Si algo nos ha demostrado la historia es que las mujeres sabemos luchar contra viento y marea. Depende de las empresas unirse al avance o quedarse atrás.


 


«De ninguna manera. Si algo hemos demostrado las mujeres es que, para comenzar los cambios más importantes, no necesitamos el permiso de los otros».

 

No porque hoy coincida la conmemoración (que no es lo mismo que festejo) del Día de la Mujer se debe tomar a la ligera el título de este artículo. Por el contrario, que la fecha sea el pretexto para ahondar en una de las muchas brechas que la pandemia de la covid-19 ha dejado al descubierto, una que todavía no habíamos salvado, pero en la que sí habíamos avanzado en los últimos años: la de la participación de las mujeres en los ámbitos laborales.


Antes de que sigas leyendo te invito a leer mi artículo: El futuro muy cercano del trabajo

 

Los datos al respecto no son nada alentadores. En el podcast Pivot, de la New York Magazine, Reshma Saujani (CEO de Girls Who Code) dio una declaración preocupante: «Estamos en una crisis nacional [refiriéndose a Estados Unidos]. Gracias a la pandemia, la participación laboral de las mujeres está en el mismo lugar que en la década de 1980. Nos tomó 9 meses perder casi 30 años de progreso». Aunque Saujani, en la emisión del podcast, habla del contexto de su propio país, los datos que han comenzado a surgir en otros medios de comunicación, de distintas procedencias, no dan mejores noticias. El Economista compartió que los peores meses fueron abril y mayo del 2020, en que la participación de las mujeres se redujo del 45 al 35 por ciento en México. El País, con datos de la Unión Europea, dice que durante el último trimestre de 2020, «la tasa de paro de las mujeres en España se situó en el 19.3 % frente al 14.1 % de los hombres». El Fondo Monetario Internacional, por su parte, concluyó en su informe de finales de 2020 que el encierro dañó más a los que ya eran vulnerables, como a las mujeres.

 

En otras palabras, las mujeres, que ya debíamos lidiar con otras situaciones de desigualdad sistemática (como la brecha salarial, el techo de cristal, la falta de oportunidades en industrias relacionadas con la tecnología y la ciencia), nos enfrentamos al mismo obstáculo con la pandemia: la repartición dispareja de las tareas en casa, el cierre de empleos en actividades que contrataban mayoritariamente a las mujeres (hotelería, restaurantes, atención al cliente), la carga del cuidado de los hijos, ancianos y enfermos desproporcionada. El encierro agravó todo esto, aumentando la cantidad de horas semanales de trabajo no remunerado a las mujeres: 50 horas, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

 

¿Esto significa que no hay un panorama de esperanza para la mitad de la población mundial? De ninguna manera. Si algo hemos demostrado las mujeres es que, para comenzar los cambios más importantes, no necesitamos el permiso de los otros. La capacidad que tenemos para apoyarnos entre nosotras está latente. Por eso la misma Saujani promueve The Marshall Plan for Moms, un programa de estímulos que considera guarderías gratuitas, busca la garantía del pago equitativo de sueldos o dar nuevo entrenamiento a las madres para que, al regresar a su ambiente laboral, tengan nuevas habilidades que requiere su puesto.

 

Lo cierto es que el futuro del empleo necesita mucho más que inteligencia artificial, automatización de tareas y nuevas capacidades de liderazgo. Necesita, sobre todo, que las empresas le pierdan el miedo a lo que no conocen, como la igualdad de género y el feminismo que, más que una inspiración para los contenidos de una marca u organización para el día de hoy en sus redes sociales, es una perspectiva que ayuda a comprender mejor las necesidades de la mitad de la población del mundo.

 

No hay duda: retomaremos lo que el 2020 se llevó, pero con más fuerza, y una cosa será cierta: las mujeres no vamos a olvidar a las compañías u organizaciones que decidieron quedarse al margen de uno de los avances más urgentes.

 

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