La salud mental también es una cuestión de trabajo en equipo

La salud mental también es una cuestión de trabajo en equipo

por Sandra Zuluaga

¿Se puede trabajar en equipo sin afectar negativamente la salud mental? Claro que sí. La pregunta verdaderamente importante es ¿cómo?

Si bien es cierto que, según el perfil de cada quien, existen personas que prefieren trabajar desde su propia trinchera o, al menos, evitar la colaboración equipo si es posible, una empresa depende en gran medida de una buena dinámica entre colaboradores de todos los niveles.

No olvides leer mi artículo anterior: Lideres-mentalmente-sanos-empresas-mentalmente-sanas.html

Cada organización tendrá su propias reglas, pero aislar completamente a la gente que la conforma se convierte en un punto en contra. Gracias a la suma de talentos, esfuerzos y experiencias es que es posible llevar adelante cualquier proyecto, grande o pequeño, así que es importante poner atención a la forma en que se trabaja en equipo.

Por eso y porque, según se ha observado en una investigación que se publicó en la Harvard Business Review en 2019: el trabajo en equipo puede ser detonante en la mejora de la productividad, al unir y darle un propósito valioso a sus trabajadores, que se esmeran aún más para conseguir resultados porque comprenden el papel clave que juegan; y, por otro lado, también es causa del aumento de estrés entre las personas, pues la carga de la responsabilidad se hace abrumadora porque se sienten más presionadas a no equivocarse, ya que las labores de sus compañeros dependen de eso.

Cual sea el ángulo o el caso que se aprecie, el trabajo en equipo influye en la salud mental de los colaboradores de todos los niveles. Así que es momento de invertir estrategias para que la mayor parte de las ocasiones se incline hacia el lado positivo. ¿Cómo lograrlo?

Permitiendo que los colaboradores se sientan parte del equipo de la empresa

Se necesita mucho más que una credencial y una gorra con el logo de la organización para esto. Debe ser un esfuerzo transparente que surja desde los puestos de dirección y coordinación, porque implica que los colaboradores tengan siempre la oportunidad de desarrollar sus habilidades o aprender nuevas, tener tiempo para gestionar sus tareas como mejor lo consideren y que quienes están más arriba confíen en sus decisiones: que se permita opinar, proponer nuevas ideas y aportar soluciones para cada proyecto.

No todos los que integran un equipo levantarán la mano o pedirán recursos para asistir a un curso de dos semanas a otra ciudad, pero eventualmente lo harán si descubren que la empresa desea que se aprovechen esas oportunidades. De esa forma se sienten apreciados, parte de una verdadera colaboración y se identificarán con entusiasmo con la empresa.

Creando una comunicación clara en función de cada equipo

Quienes están a cargo de cada equipo deben considerarse más como acompañantes, en lugar de guías. La idea es que su liderazgo impulse el trabajo del equipo al abrir canales eficientes, directos y empáticos. Es decir, que expliquen claramente lo que se espera de cada persona, qué se debe alcanzar en cada proyecto en el que se involucren y cómo es posible hacerlo. Sin embargo, no se trata de dar órdenes y desaparecer del panorama, sino más bien escuchar las sugerencias que los integrantes puedan compartir.

La incertidumbre o las noticias medias suelen crear o aumentar la ansiedad entre colaboradores. La claridad en la información, por el contrario, dan certeza. Esto no quiere decir que las noticias deban compartirse de manera burda o carente de tacto, especialmente cuando son malas (que si habrá que trabajar más horas, o que el presupuesto ha disminuido, por ejemplo). al contrario: la empatía permite que se construyan puentes de confianza entre las personas, pues se reconoce la intención de cuidar el bienestar de los demás sin recurrir a las mentiras. Esa tranquilidad es beneficiosa para la salud mental de todos.

Creando espacios para crear comunidad y compartir experiencias

En México todavía no es algo recurrente, pero en Estados Unidos las empresas comienzan a crear grupos de recursos para empleados (ERG, por sus siglas en inglés), en donde se reúnen periódicamente para hablar sobre experiencias que ocurren en el trabajo. Si se les da una buena dirección, además pueden enfocarse en asuntos relacionados con la salud mental, con una apertura que deje en claro que no se trata solamente de practicar meditación o reducir la ansiedad, sino que también hay espacio para condiciones clínicas que necesitan medicamento. Es decir: no existe un estigma y la intención tampoco es señalar a quien no se siente cómodo hablando de su propia condición, simplemente se desea ofrecer un espacio seguro para discutir algo más que las tareas laborales.

Empezando despacio

Si todavía no existen las condiciones idóneas para que la salud mental sea un tema recurrente, en la que todas las personas participen de manera abierta y espontánea, es porque la empresa necesita aprender y prepararse. No tiene que abrir un consultorio e iniciar seminarios de un día a otro, los grandes cambios inician con pasos cortos. Por ejemplo, creando un canal en una plataforma de comunicación para charlar brevemente al respecto, u organizando almuerzos en donde se aprenda algo nuevo sobre cómo desmitificar los prejuicios sobre la salud mental.

Quienes son líderes o directivos deben involucrarse en la conversación, claro está, ser partícipes de las actividades y que las áreas de recursos humanos sean parte esencial de estos esfuerzos. Esa es la señal que le dice a toda la empresa que la salud mental va en serio y que la organización desea que sus equipos la cuiden.

Eventualmente, y quizá más pronto que tarde, las compañías tendrán que respaldar este cambio con beneficios y prestaciones de salud mental, para quien necesite realmente ayuda la obtenga. ¿Es caro? Quizá, pero si le hacemos caso al artículo «How to form a mental health employee resource group», citado más arriba, las que invierten en eso pueden recibir hasta seis veces más retorno de la inversión. Así que no pueden decir que no vale la pena.

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