gCómo convertir tu salud mental en prioridad

Cómo convertir tu salud mental en prioridad

por Sandra Zuluaga

 



Además de buscar apoyo en la comunidad a la que se pertenece, las personas deben hacer un compromiso con ellas mismas para procurar su propia salud mental. 

La salud mental es una responsabilidad que no puede recaer en alguien más, como sucede con los hábitos de ejercicio o la búsqueda de mejores opciones para una mejor calidad de vida. Porque, aunque existan herramientas o programas creados para el cuidado del bienestar, si cada quien no hace lo posible para que funcionen, entonces no servirán de nada.


No olvides leer mi artículo anterior: El-papel-clave-de-la-comunidad-en-la-salud-mental.html

 

Independientemente de lo que los lugares de trabajo, escuelas y unidades de salud promuevan para el cuidado de la salud mental, existen algunas estrategias que, si se convierten en parte clave de la rutina diaria, ayudarán a tomar las decisiones correctas que mantienen ese equilibrio deseado, que permite que la salud mental no se olvide ni se abandone. 

 

Esto es más importante ahora, porque estudios han demostrado que «desde el inicio de la pandemia de la covid-19, cerca del 42 por ciento de los empleados a nivel global han reportado una desmejora en su salud mental» y que, tanto trabajadores como líderes, presentan cada vez más síntomas de burnout.

 

Por lo tanto, conviene comenzar desde la iniciativa propia a procurar mejores prácticas y no esperar a que se conviertan en la norma dentro de la empresa. Sobre todo porque puede ser el primer paso para que la conversación se haga presente dentro del entorno laboral, con la intención de diseñar iniciativas que se adapten a las necesidades de quienes forman parte de la empresa.

 

Mientras tanto, vale la pena comenzar con estos consejos.

 

Darle importancia al sueño

 

Cuando escuchamos historias de éxito, se hace énfasis en aquellos aspectos que hablan de situaciones precarias que, una vez superadas, se dejan atrás sin mayor trámite. Como, por ejemplo, las pocas oportunidades de descansar o las casi nulas horas de sueño. Sin embargo, dormir es una función física necesaria para el buen funcionamiento del cuerpo y las habilidades cognitivas de cualquier persona. En un artículo publicado por Forbes, se menciona que los efectos de la falta de sueño (tanto por cantidad de horas o por su calidad) pueden ser inmediatos y a largo plazo, afectando «la habilidad para aprender, concentrarse o reaccionar … También lleva a sentimientos de frustración, mal humor o ansiedad, e incluso causar daños a la salud a largo plazo».

 

Por lo tanto, la idea de que dormir bien es un privilegio reservado para quienes ya alcanzaron el éxito debería borrarse de las narrativas de los poderosos, pues está comprobado que la mala calidad del sueño también está relacionado con problemas de salud mental, como depresión y ansiedad. Una habitación en completa oscuridad, una temperatura constante, abandonar las pantallas de dispositivos una hora antes de dormir, y otros esfuerzos para mantenerla como un espacio de relajación ayudan a mejorar esta actividad.

 

Dedicar tiempo suficiente a uno mismo

 

Este consejo puede ser uno de los más complicados de seguir. Con las exigencias que deben cumplirse actualmente —el trabajo, el cuidado de los hijos o los familiares enfermos, la escuela, el mantenimiento del hogar, etc.— parece que no hay espacio en la agenda para intereses propios. Y sin embargo, debería haber, porque esos minutos u horas no son un desperdicio. 

 

Ya que, según cada caso, podría ser complicado hacerlo de golpe, lo mejor es iniciar con espacios cortos dedicados, por ejemplo, a la lectura de un texto o artículo que no tenga que ver con el trabajo sino con un interés personal. Poco a poco, se hará una costumbre que genere entusiasmo, por lo que será más sencillo posponer, por ejemplo, revisar las redes sociales durante una hora y mejor dedicar ese tiempo en ejercitar una habilidad artística o manual, o incluso aprender algo nuevo para el desarrollo, incluso estableciendo metas y cumpliéndolas. Hacer algo más allá de las obligaciones diarias ayuda a despejar la mente, encontrar nuevos propósitos y crecer.

 

Olvidarse de la tecnología

 

Lo bueno de tener una computadora o un teléfono inteligente con internet, es que la gente está disponible cuando se le necesita. Lo malo, es que la disponibilidad es de 24 horas, todos los días de la semana. También se convierte en una adicción, que, según un estudio aplicado a 300 graduados de universidad, está vinculada con ansiedad y depresión por varias razones. Una, que revisar las notificaciones se convierte en un mecanismo para no lidiar con ciertos procesos incómodos de la vida de la persona; otra, porque los límites entre el trabajo y el tiempo libre se borran, convirtiendo a los dispositivos en una oficina abierta a cualquier hora y propensa a interrumpir el ocio de la gente; finalmente, ya no hay barreras saludables para aprovechar momentos en soledad que permiten desconectarse del mundo para hacer énfasis en el interior. Más allá de un enfoque holístico, la oportunidad de conocerse mejor permite comprender lo que causa molestias o daño en la salud mental, y no puede analizarse de manera eficiente si constantemente hay interrupciones del exterior.

 

Apoyarse en la tecnología responsablemente

 

Suena contradictorio sugerir esto a continuación, pero en realidad es pertinente porque lo importante es gestionar la tecnología de manera responsable. Por un lado, utilizarla para aquellas actividades diarias indispensables, como la escuela o el trabajo. Por el otro, reconocer que es una gran herramienta para mantener contacto con los seres queridos que se encuentran lejos, o acceder a nuevo conocimiento, como cursos en línea o videos explicativos que, de otra forma, sería imposible tener a la mano.

 

Lo cierto es que la tecnología puede ser de mucha ayuda si no se convierte en una muleta que distraiga de lo importante, sino que más bien sea el apoyo para alcanzar una meta. La salud mental también cabe en este apartado, ya que se han desarrollado aplicaciones que pueden hacer tres cosas principalmente: dispositivos o apps que recolectan datos psicológicos; soluciones de prevención y tratamientos para respaldar programas de salud mental dentro y fuera del trabajo que dan seguimiento a las personas; herramientas analíticas que, junto a la información disponible vía dispositivos o apps, alertan a la gente sobre sus niveles de estrés o que es momento de tomarse un tiempo fuera.

 

Al final, lo importante es que la salud mental sea uno de los puntos a tomar en cuenta al momento de plantear la rutina del día a día y que tenga la prioridad que merece, al igual que la entrega de un reporte de desempeño o seguir el tratamiento para una enfermedad física.


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